martes, 17 de julio de 2012

Epitafios publicitarios para un libro o su autor.

Hoy: El club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte.

- Cuatrocientas cuarenta páginas para ver cómo un hombre puede estropear demasiadas oportunidades de salirse de la senda de hacer un mal libro.
- Nunca entendió de qué iba la cosa. ¡Y eso que era su propio libro! Lea aquí por qué.
- El Club Dumas, o "Cómo equivocarse con todo éxito".
- El Club Dumas: por si usted no entendió El nombre de la Rosa o se aburrió con ella y quiere algo fácil y con la suficiente cantidad de alegorías de saldo para hacerle sentir que leyó "algo en serio", "porque allí constantemente se habla de libros que a uno ni le suenan".
- Dieciséis capítulos que atacan su capacidad de discernimiento y resistencia en busca de ser clasificados como una novela erudita, compleja, fina.
- Busque la raíz de la creación de un personaje tan profundo, inabarcable y único que en cine lo tuvo que hacer Johnny Depp.
- O sea, ¿en serio puso una viuda, rubia, despampanante, tetona en un policial? ¿En serio?
- Arturo Pérez-Reverte: conozca al hombre que no conoció la poesía.
- Arturo Pérez-Reverte: conozca al hombre que no conoció la poesía, y escribe.
- ¡Prodigio de la ciencia! ¡Ocho kilos de cliché en un roman de sólo 189grs.!
- Vea, vea un libro con una sola idea y cuatrocientas páginas sin otras que la acompañen de relleno.
- Entre y pague la oportunidad de ver la proeza de un escritor arruinando burdamente el único desnudo de una coprotagonista femenina cuya sensualidad incluso se filtró en las grietas de su prosa de cascote y pintura para pizarrones hasta que arriesgó sacarle la ropa.
- 230grs. de celulosa de segunda con lugares comunes de tercera.
- Llega un drama para toda la familia: el libro que quiso ser dos historias y no fue ninguna.

( Eventualmente el redactor es detenido por la policía a pedido del gerente de edición; el mismo se rehúsa a abandonar la oficina mientras trata de alcanzar un libro con el que, previo a la llegada de las fuerzas del orden, se dedicó a aporrear la mampostería del lugar, buscando ostensiblemente dañarlo)[1]


[1] Al libro.

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