domingo, 6 de diciembre de 2009

Alina

I

Gaze
en las
ventanas

nada nunca está verdaderamente
iluminado.

Un vidrio sobre reflejos

que nos devuelven.

Se abandonan preámbulos, urgencias, reloj.
En frente, los pasos, los pasos,
los pasos.

Ningún viento me mueve.

Creo reconocer lejos mi cara,
Alguien me mira buscando algo,
desencuentra. Desencontrar.

Esto, manos erigidas sobre
un aire inverosímil,

casi no hay nada entre
estos ojos y esos cigarrillos,
piras, finas, quietas.

Ruido,
calle,
detrás de,
detrás.

Pasan un pañuelo de pestañas húmedas,
pasa una niña y sus labios
de chocolate rubio chocolate.


II

¿Qué ha pasado?

III


Migas de café imposible.

Vos y tus lentes,
y ese mantra de piel que se piensa
y oculta,
y otros ojos que traspasan y no descifran.

[Boceto roto,
eso que no podemos reponer a nada
ni tampoco dejar de pensarlo como parte.]

Vemos un beso, lejos,
que sigue,
se va con los otros,
un auto, un triciclo, una marquesina,
unas piernas menos largas que las tuyas,

pero aún, así de largas.

Gente de la mano,
personas solas,
un vidrio.

Un puño de fuegos,
lamento de papeles y folios,
o una pollera caramelo.
(A fistful of fires)
nunca salir sin un
'lighter',
últimos gramos de sol.

*

Desencontrar
no descifra.

Nos, no podemos reponer a nada.
Yo, no me pude dejar de pensar parte.

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