miércoles, 18 de mayo de 2011

Litoral

Escribo tu carta,
mi casa y la tormenta de verano.

El agua y los años
no nos dejan vernos.

Promesas
de litoral
norte.

El estruendo me lleva
y fluye en mis dedos,
es agua y soy agua,

soy una piedra, una planta,
un pedazo de barro que escribe y no piensa,
escribe y no piensa,

líneas como acordes menores
que se hallan en canciones diferentes.

Las nubes han venido a simular un castigo
y asustarnos hasta caer sobre nosotros.

Deleitado y niño,
juego a presagiar un fin

Juego a sentir que el mundo se viene abajo.

Escucho la lluvia, lluvia nunca suficiente,
nunca del todo lluvia.

-

Lo que era mi casa
hoy es
simple ejercicio
sobre cualquier recuerdo luminoso.

A veces se me licúan los ojos,
y no distingo
qué escribir y que no escribir,
donde borrar, donde borrarme y donde borrarte

Se disolvió la magia que pensabamos existia,
ahora todo es un camino de descenso y construcción
de una vida que más me vale no sea
una mentira igual,
la mentira para mis hijos.

Que en mi casa,
si no estés vos,
esté la luz que me daba
la promesa, a la mañana, de tu risa.

2 comentarios:

joaquín c. dijo...

de tanto entrar, veo nuevos textos!

mucho cerca del río, de situaciones mínimas, momentos breves, intantáneas.

buenos!

AB dijo...

Gracias!
Estuve recorriendo tus fotos... Qué ojos, PMP, qué ojos!
Gustó mucho.
Abrazo.